lunes, 25 de noviembre de 2013

¡Castigado sin entrenar!

El otro día trabajamos el siguiente artículo para la clase de psicología y a mi me gustaría hacer una pequeña aportación sobre él: http://puntofuertebalonmano.wordpress.com/2013/11/06/que-gana-tu-hijo-castigandolo-sin-entrenar/


En primer lugar, bajo mi punto de vista la gran mayoría de los padres no le dan la importancia suficiente al deporte en el contexto de sus hijos. Muchas veces, los padres apuntan a su hijo a que practique algún deporte por tenerlo entretenido dos horas,  para que haga amigos y luego cuando llegue a casa esté más cansado y no de tanto trabajo. Queda muy feo leerlo así, pero por muy triste que parezca, es real. Esto no significa que muchos padres no quieran a sus hijos ni muchísimo menos, pero si que quieren descansar de ellos de vez en cuando. El deporte en sí en un ámbito escolar, es una parte fundamental de la educación, su esencia enseña muchos valores y comportamientos positivos a los niños desde que son muy pequeños, quizá en los deportes individuales se fomenten más unos y en los deportes  colectivos otros, pero a parte de eso, ambos tienen muchos en común, y todos provocan en los niños consecuencias positivas.

Si los padres fuesen conscientes de esto, de la gran importancia del deporte en la formación de sus hijos, jamás les castigarían sin ir a entrenar, o sin ir a jugar... porque así, lo único que realmente se consigue es que sigan sin cumplir con sus obligaciones. En el momento en que un niño pasa a formar parte de un equipo, asume unas responsabilidades tanto individuales como colectivas que tiene que cumplir, y entre ellas se encuentra el ir a entrenar, el ir a jugar, respetar a los demás y hacer todas las actividades que marque su entrenador. Por lo tanto, cuando un padre se lo prohíbe, está rompiendo con todo eso, y el niño puede interpretarlo como que no es algo serio, algo de lo cual puede prescindir aunque no quiera hacerlo, si su propio padre es capaz de prohibírselo.

Está demostrado que los niños que son capaces de combinar las clases, con las horas de entrenamiento y otras actividades adicionales, aprenden a ser mucho más eficientes con el tiempo que disponen, valoran mucho más sus ratos libres y en general, sacan mejores notas que los que no practican deporte, todo esto suma una serie de consecuencias positivas que años después van a agradecer aunque ahora no sean conscientes, además de, la gran capacidad de sociabilización y el  bienestar en cuanto a salud física y mental que el deporte provoca. En ningún momento estoy diciendo que castigar a los niños esté mal, la clave está en saber con qué, como muy bien dice el artículo de Yolanda Cuevas, el castigo para un niño le tiene que suponer realizar un esfuerzo, no quitárselo, y dejar de entrenar o de jugar, está demostrado que a largo plazo no sirve de nada, simplemente cambias la formación del niño, al fin y al cabo el tiempo que antes le “quitaba” el deporte, posteriormente se lo quitará otra cosa, y me arriesgo a decir que seguramente eso que posteriormente haga no le aportará tantas experiencias y valores positivos como en su momento lo hacía el deporte.

domingo, 24 de noviembre de 2013

¿Educación en el entrenamiento?

Desde el principio quiero aclarar que yo soy entrenadora de un grupo de niñas de seis a ocho años, y realmente sí que me nacen dudas de este tipo: ¿Completaré la formación de las niñas aportando en su educación? ¿O simplemente seré una entrenadora que se basa únicamente en intentar enseñar los recursos técnicos del baloncesto? Sinceramente hace ya tiempo que me centro mucho más en educar que en cualquier otra cosa, son niñas que están en plena formación y cualquier aportación por nuestra parte les puede marcar muchísimo, tanto positiva como negativamente.
Es por esto, que la charla del pasado miércoles de Antonio Fraile me pareció muy interesante, más o menos se trataron todos los temas vinculados a este aspecto que parece que todos tenemos tan claro pero que luego realmente son pocos los que lo llevan a cabo en su puesta en contacto con la realidad. ¿Somos entrenadores? ¿Somos educadores? ¿Podemos ser ambas cosas? ¿Cómo podemos hacerlo? ¿ Necesitamos mucha formación para lograrlo?.

También me gustó mucho la aportación de algunos de mis compañeros, que nombraron temas como la autonomía de los alumnos, la actuación de los padres y el control que un buen educador debe intentar ejercer sobre ello, son temas complicados, bajo mi punto de vista son los que pueden costar más de controlar, por eso hay que prestarles especial atención pero sin dejar que ocupen toda nuestra planificación. Quiero apuntar que la educación se lleva a cabo día a día y que el trato con nuestros jugadores o alumnos de forma continua es  lo que va a marcar la diferencia, la cercanía en un educador es muy importante para lograr esa buena comunicación entre ambos, que luego será de gran ayuda para lograr los objetivos marcados.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿Unión contra objetivos?

Todo el mundo es consciente de que es muy difícil ser constante día a día, superarse a uno mismo, luchar por nuestros sueños, marcarnos objetivos y esforzarnos en conseguirlos, haciendo frente a nuestros límites y adversidades. Muchas veces no somos conscientes de lo mucho que nos puede ayudar todo aquello que nos rodea, en concreto algo que suele ser lo que menos tenemos en cuenta, las personas.
Si nos paramos a pensar, tenemos mucha gente a nuestro alrededor que puede servirnos de mucho para avanzar día a día, esto puede ser muy amplio, podemos referirnos desde el hombre que nos ayuda a recoger un papel que se nos ha caído al suelo caminando por la calle hasta tu entrenador que pasa corrigiéndote dos horas diarias. Y desde un caso tan común a otro tan concreto, pasan muchos más, si nos paramos a pensar, pertenecemos a muchos más grupos de los que creíamos antes de reflexionarlo.
Es cierto que nosotros solos nos tenemos que enfrentar a muchos retos que la vida nos propone, pero hasta llegar a ellos, para superarlos con mayor facilidad, podemos ir adquiriendo mucha ayuda de muchos tipos diferentes, y complementarnos a partir de ella. Un ejemplo muy concreto puede ser el de nuestra comunidad, cada uno de nosotros luchamos por graduarnos, ser unos buenos profesionales, terminar de consolidar nuestra base moral, adquirir todas las competencias posibles para en un futuro no muy lejano salir a la vida real y poder ser una primera opción para cualquiera que lo necesite. Pues, durante estos cuatro años que dura el camino, bajo mi punto de vista, todos aquellos que compartan sus ideas, ayuden, se dejen ayudar, participen y se sientan parte de el grupo al que pertenecen, sufrirán menos dificultades que el empeñado en impartir su camino en solitario, a veces la competitividad nos juega malas pasadas, personalmente estoy a favor de ella, pues pienso que controlada, ayuda mucho a superarse a sí mismo. La fuerza de un grupo va más allá de lo que imaginamos, muchas veces es la misma que te empuja a seguir adelante, pensando en que entre todos lo conseguiremos, cada uno por un lado, obviamente, con sus propia personalidad, aportaciones e intervenciones, pero interactuando entre todos. Aquí os dejo un video complementario, pasad una buena tarde.

martes, 5 de noviembre de 2013

Más vale tarde que nunca.

Antes que nada quería pedir disculpas por mi tardanza, sinceramente no creía en esto de publicar, desde el principio del curso he estado haciendo seguimiento y reflexiones de las clases en un fichero. Pero algo sucedió la durante la clase del pasado lunes, que me llevó a la conclusión de que era mucho más útil esto de pertenecer a la comunidad vitual, escribir para mis compañeros y ellos para mí. Intuyo que estaréis pensando que, al fin y al cabo, todas las clases de esta asignatura han sido generalmente muy similares, os cuestionareis el por qué de mi cambio justo ese día. Realmente, no tengo muy claro que fue lo que me atrapó, quizá las intervenciones de mis compañeros, quizá la variedad de temas que tratamos en las puestas en común, quizá una mezcla de todo, quién sabe, pero aseguro que nunca había prestado tanta atención en clase como ese día. Me gustaría dar las gracias a  compañeros por su aportación, como es normal, unas me llegaron más que otras, pe en general me ayudaron todas mucho, sobre todo aquellas que trataron temas con los que día a día experimentamos nosotros mismos, como por ejemplo el actual debate sobre el papel de los padres sobre la eduacion de sus hijos, o el esfuerzo de un maestro que quiere e intenta tratar a todos sus alumnos por igual, sin saber exactamente qué es lo que debe hacer.
Pues bien, yo también quiero poner mi granito de arena en esta cuestión de los comentarios de los fragmentos del libro de Pennac "Mal de escuela".
Mi fragmento es del capítulo VI y es el siguiente (la conversación dura todo el capítulo y he querido abreviar desde un punto que lo podáis comprender) :

" —Lo mismo que el profesor, exactamente: el «ello», el «ello». La escuela no es para mí, no estoy hecho para «ello», eso es lo que responde. Y también él, sin saberlo, habla del terrible choque entre la ignorancia y el saber. Es el mismo «ello» que el de los profesores. Los profes estiman no haber sido preparados para encontrar en sus clases alumnos que estiman no estar hechos para estar allí. ¡En ambos lados el mismo «ello»!
—¿Y cómo remediar ese «ello», si se desaconseja la empatía?
Y entonces vacila un buen rato.
Tengo que insistir:
—Vamos, tú que lo sabes todo sin haber aprendido nada, ¿cuál es el modo de
enseñar sin estar preparado para ello? ¿Hay algún método?
–No son métodos lo que faltan, solo habláis de los métodos. Os pasáis todo el
tiempo refugiándoos en los métodos cuando, en el fondo de vosotros mismos, sabéis muy bien que el método no basta. Le falta algo.
—¿Qué le falta?
—No puedo decirlo.
—¿Por qué?
—Porque es una palabrota.
—¿Peor que «empatía»?
—Sin comparación posible. Una palabra que no puedes ni siquiera pronunciar
en una escuela, un instituto, una facultad o cualquier lugar semejante. —¿A saber?
No, de verdad, no puedo...
—¡Vamos, dilo!
—Te digo que no puedo. Si sueltas esta palabra hablando de instrucción, te
linchan, seguro. —...
—...
—El amor. "

Me fascinó esta parte de la conversación, bajo mi punto de vista es realmente importante la pasión por aquello que hacemos, en este caso el hecho de educar, pero es algo que podemos extrapolar a cualquier ámbito. Yo tenía una profesora que cuando se sentía un poco agobiada nos decía: - De verdad, no sé como he acabado aquí, nunca quise ser profesora y ahora estoy pagando las consecuencias. Pues bien, podéis imaginar como caían esas palabras en nosotros, era como si la motivación por aprender y asimilar los diferentes conceptos de la misma fuese aún si cabe más baja que antes de pronunciarlas. Como alumna que sigo siendo quiero hacer una humilde recomendación a todo aquel docente o aspirante a serlo que este leyendo esto; supongo que si os dedicais o pretendeis dedicaros a la enseñanza es porque os gusta hacerlo, pues bien, demostradlo a vuestros alumnos, hacedlos participes de vuestra motivación y vuestro amor por esta profesión, a veces eso es más útil que cualquier metodología bien planificada. Esto no es una receta, ni una solución, sé muy poco de todo eso, simplemente pretendo representar lo gratificante que es ver que un profesor trabaje contigo día a día, compartir las ganas de aprender y de disfrutar, por lo tanto, para mi, las palabras de este fragmento tienen mucho significado.

Prometo ponerme al día de la comunidad.